La salud es lo primero para los consumidores

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Tras un ligero descenso el pasado año, los niveles de ejercicio se han recuperado hasta cotas anteriores a la pandemia. Puede que sea demasiado pronto para afirmar que los hábitos de ejercicio adquiridos durante la pandemia son permanentes, pero es alentador ver que más personas se mantienen activas.

  • 54.4% practica ejercicio más de 20 minutos, 3 veces a la semana

Casi un tercio de los encuestados (61,4 %) declara que la vida sana tiene un papel importante o muy importante en su modo de vida. Este porcentaje es marginalmente inferior a la cifra del 63,8 % registrada el año pasado (Figura 23). Existen, no obstante, diferencias significativas en las declaraciones sobre el modo de vida entre los encuestados de los diferentes países. Los más preocupados por la salud son los de Chile, China, México y España, donde más del 80,0 % de los encuestados afirmó que la vida saludable tenía un papel importante en su vida cotidiana. Los más apáticos están en Irlanda, Italia, Japón y Reino Unido, donde menos del 50,0 % declaraba algo parecido. Los japoneses era especialmente indiferentes a los méritos de un modo de vida saludable, y solo el 30,0 % reconoce la importancia del estilo de vida. Sin embargo, esto parece oponerse al hecho de que, como observación general, Japón es un país que destaca por su alimentación saludable y la longevidad de su población.

Analizamos estas afirmaciones en mayor detalle con preguntas sobre la alimentación, el ejercicio, el tabaquismo y la salud mental.

Mantenerse físicamente activo es uno de los principales elementos de un modo de vida saludable. Es una de las maneras más eficaces de controlar el peso y combatir las enfermedades graves, como las cardiopatías, la diabetes e incluso la depresión.

Es un mensaje que parece entenderse bien. Más de la mitad (54,4 %) de los encuestados de este año afirma practicar ejercicio durante un mínimo de 20 minutos más de tres veces a la semana. Se trata de un regreso alentador hacia una tendencia positiva que habíamos observado antes del retroceso como consecuencia de la pandemia (Figura 24). La mayoría de las generaciones mostraron un aumento de la actividad en comparación con los dos años anteriores. Las excepciones a la regla son la Generación del baby boom y la Generación silenciosa. Quizá sea algo que cabría esperar, ya que el incremento de la edad pasa factura a la capacidad física de estas cohortes.

A primera vista hay poca diferencia entre los hábitos de ejercicio notificados por personas de las que cabría esperar que tuvieran un grado de actividad física muy diferente. En la Figura 25 hemos agrupado las respuestas en función del índice de masa corporal de los encuestados y se observa que la proporción de quienes tienen sobrepeso u obesidad y declaran hacer ejercicio más de tres veces a la semana (más del 50,0 % en ambos grupos) no es muy diferente de la proporción del grupo con un peso saludable (57,0 %).

Las diferencias se hacen más evidentes en el otro extremo de la escala, donde el 27,0 % de las personas con obesidad nunca o rara vez practica ejercicio, en comparación con el 18,0 % del grupo con un peso saludable.

Mejoras para la salud

El reconocimiento del valor del ejercicio en la mejora de la salud se hace aún más patente con las respuestas a una pregunta en la que se pedía a los encuestados que clasificaran los aspectos de su modo de vida que les gustaría mejorar. El 29,1 % de los encuestados situó la práctica de más ejercicio como la máxima prioridad.

En comparación, menos del 10,0 % de los encuestados mencionó la mejora de la alimentación como principal prioridad. Incluso las personas cuyo índice de masa corporal sugería que tenían sobrepeso u obesidad antepusieron el ejercicio a la alimentación como medio para mejorar su salud (Figura 26).

Obtenemos una pista de por qué los encuestados conceden relativamente escasa importancia a la mejora de la alimentación a partir de las respuestas a una pregunta que pedía a los participantes que explicaran sus hábitos de alimentación. El 63,0 % de los encuestados declaran que ya ingieren una alimentación saludable todo el tiempo o en su mayor parte. Incluso el 56,0 % del grupo de personas obesas afirman que lleva una alimentación razonablemente saludable. Quizá la realidad sea diferente de sus percepciones, pero esto podría explicar una relativa ausencia de motivación para el cambio (Figura 27).

InfrapesoPeso saludableSobrepesoObesidadIMC desconocido
Siempre como comida saludable21.6%18%12.7%14.2%

13.5%

Intento comer de manera saludable la mayor parte del tiempo41.7%51.5%50.9%41.8%42.3%
Como de forma saludable parte del tiempo26.6%23.9%28.1%34.3%30.7%
Rara vez como comida saludable3.7%2.5%3.3%2.7%5.5%
Me es indiferente3.7%2.5%3.3%2.7%5.5%
Total100%100%100%100%

100%

Figura 27: Desglose de los hábitos alimenticios de los consumidores según su IMC / P: ¿Cómo calificaría su alimentación?


Con mucha diferencia, quienes llevan una alimentación más saludable son la Generación silenciosa, el 78,3 % de los cuales lleva, o afirma llevar, una alimentación mayoritariamente saludable. Sin embargo, los Millennials son quienes cuentan con la mayor proporción (18,7 %) de miembros que afirman que siempre toman comida saludable (Figura 28).

Tabaquismo y salud

Han pasado casi 50 años desde que Doll & Peto[1] publicaron el artículo que ofrecía datos concluyentes de la relación entre el tabaquismo y la enfermedad. Desde entonces, muchos gobiernos han adoptado políticas para disuadir la promoción y la venta de cigarrillos y para limitar su consumo en los espacios públicos. A pesar de los obstáculos y de todos los datos, ha demostrado ser un hábito difícil del abandonar. Y cuesta convencer a la gente de que no empiece.

Un sorprendente 22,0 % de nuestros encuestados indicó haber fumado en los últimos 12 meses. Y lo que es aún más sorprendente es que eso incluye al 24,0 % de los Millennials y al 18,0 % de la Generación Z, personas nacidas después de que se hubieran determinado con firmeza los efectos nocivos del tabaco. Por el contrario, solo el 10,0 % son fumadores en la actualidad (Figura 29). Se trata de una cohorte cuyo hábito se podría haber establecido en un período en el que el tabaquismo no solo estaba muy de moda, sino que incluso se decía que era bueno para la salud.

Nunca he fumado

No he fumado en los últimos 12 meses

He fumado en los últimos 12 meses

Fumo cigarrillos electrónicos

Prefiero no responder

GeneraciónZ

60%

12%

18.1%7%2.9%
Millennials53.9%11.7%23.9%7.8%2.7%
Generación X54%13.6%24.8%5%2.7%

Generación del baby boom

51.4%24.3%20.3%2.2%1.8%
Generación silenciosa45.3%40.2%10.4%0.6%3.6%
Media global54.3%15.4%22.1%5.6%2.6%

Figura 29: Tabaquismo por generación / P: ¿Es usted fumador(a)?

References

[1] Doll R., Peto R. (1976) Mortality in relation to smoking: 20 years' observations on male British doctors. British Medical Journal. 1976 Dec 25;2(6051):1525-36.